Propuesta para el concurso Pabellón Mextrópoli

convocado por Arquine 2017

“Soy tu sombra a la que nunca podrás pisar, soy el espejo de tu cara opuesta.”

Gloria A. Belmonte.

Cuando una persona o un objeto está en contacto con la superficie, las sombras convergen al punto de contacto, según la ubicación de la iluminación.  La sombra nos persigue, sin dejar rastro de lo que somos, sin embargo la huella es capaz de marcar el rastro de nuestro andar.

Diseñamos un pabellón presentándolo como una instalación lúdica, tomando como referencia las actividades humanas, para crear mayor conciencia sobre la huella tanto ecológica como social, que hemos olvidado.

Creamos consciencia de lo que somos como un reflejo ante la sociedad, a través de un ejercicio básico, mirarnos ante nuestro reflejo y recapacitar si respondemos responsablemente a nuestro entorno.

Somos el reflejo de lo que hacemos. Queremos generar conciencia de un cambio a partir de nosotros mismos, como un ejemplo, la arena como escenario principal inspira a regresar a la esencia básica de crear un todo a partir del polvo, como un ciclo.

En la prehistoria, los humanos dibujaban en cavernas para comunicarse y trascender, así lograban comunicar sus aciertos y miedos, tomando como premisa de diseño el transmitir a través de la continuidad. Como ejemplo de continuidad, el infinito en los espejos, marca el contacto con el futuro de una silueta del presente ante una sombra del pasado. 

Así logramos generar un espacio de reflexión al aire libre, de conciencia y memoria.